Pedanio Doiscórides Anazarbeo
Dioscórides nació en Anazarbo (Cilicia) en fecha desconocida, se calcula vivió entre los años 40 y 90 d. C. Las menciones a sus contemporáneos en su gran obra y el hecho de que Galeno (S. II d.C.) haya mencionado su obra en sus escritos, permiten deducir que produjo su obra bajo el mando de Nerón (entre el 54 y 68 d.C.). Fue médico de la armada romana en tiempos de Claudio y Nerón. Estas circunstancias le dieron la oportunidad de viajar y conocer muchas provincias del Imperio Romano y de reunir sus propias observaciones que le permitieron escribir su Materia médica, que es quizás la obra médica más veces reeditada y traducida de la historia. Las obras de Dioscórides, recogidas originalmente en cinco volúmenes, conocieron no menos de siete traducciones y constituyeron el manual básico de uso de la farmacología hasta finales del siglo XV.
Dioscórides nació en Anazarbo (Cilicia) en fecha desconocida, se calcula vivió entre los años 40 y 90 d. C. Las menciones a sus contemporáneos en su gran obra y el hecho de que Galeno (S. II d.C.) haya mencionado su obra en sus escritos, permiten deducir que produjo su obra bajo el mando de Nerón (entre el 54 y 68 d.C.). Fue médico de la armada romana en tiempos de Claudio y Nerón. Estas circunstancias le dieron la oportunidad de viajar y conocer muchas provincias del Imperio Romano y de reunir sus propias observaciones que le permitieron escribir su Materia médica, que es quizás la obra médica más veces reeditada y traducida de la historia. Las obras de Dioscórides, recogidas originalmente en cinco volúmenes, conocieron no menos de siete traducciones y constituyeron el manual básico de uso de la farmacología hasta finales del siglo XV.
De materia médica [1]
En los libros anteriores a éste, queridísimo Ario, hemos tratado acerca de los aromas, de los aceites, de los perfumes, de los árboles y de los frutos y de las lágrimas que producen, también de los animales, de los cereales, de las hortalizas y de las hierbas que poseen agudeza. En este libro tercero presente trataremos de las raíces, de los zumos, de las hierbas y de las semillas, tanto de las de naturaleza medicinal como de las afines.
El ruibarbo.
El ruibarbo: unos lo llaman rhêon. Nace en las regiones sobre el Bósforo, de donde se trae. Su raíz es negra, semejante a la centaurea mayor, aunque es más pequeña y más roja, inodora, esponjosa, algo ligera. El mejor ruibarbo es el no comido por los gusanos y pegajoso al gusto con floja estipticidad;[2] mascado, se vuelve amarillento y un tanto azafranado en color.
Bebido es eficaz contra flatulencias de estómago, atonía, cualquier tipo de dolor, espasmos, roturas internas, para los que padecen del hígado, del riñón, contra retortijones de tripas y afecciones de la vejiga y del tórax, contra tensiones de los hipocondrios y padecimientos de la matriz, contra la ciática, expectoración de sangre, asmas, hipos, disenterías, indisposiciones celíacas, fiebres periódicas, mordeduras de fieras venenosas.
Suministrarás de él, para cada padecimiento, igualmente que en el agárico, con el mismo peso y líquidos.[3] Aplicado como ungüento con vinagre, elimina también las livideces y empeines.[4] Y en forma de cataplasma, con agua, resuelve toda inflamación antigua. Su facultad más alta es estíptica con un tanto de calor.
La genciana.
La genciana parece que fue encontrada por primera vez por Gentis, rey de los ilirios, de quien recibe su denominación. Sus hojas están junto a la raíz, semejantes a las de nogal o de llantén, rojizas. Otras, a mitad del tallo y, principalmente, las de la cumbre son un poco hendidas. Su tallo es hueco, liso, del grosor de un dedo, de dos codos de altura, dividido en nudos, a grandes trechos rodeado de hojas. Tiene una semilla ancha en el cáliz, ligera, pajosa, parecida a la de la branca ursina. Su raíz es larga, semejante a la aristoloquia mayor,[5] gruesa, amarga. Nace en las cumbres muy altas y en lugares sombríos y acuosos.
Su raíz tiene virtud calorífica, estíptica. Bebida la cantidad de dos dracmas,[6] con pimienta, ruda y vino, socorre a los mordidos por fieras venenosas. También contra los dolores de costado, prolapsos, luxaciones, roturas internas, si se bebe aproximadamente una dracma de su zumo. Bebida con agua, es útil también para los enfermos de hígado y de estómago. La raíz, aplicada en pesario,[7] expele los fetos. Si se aplica como el licio, es propia para las heridas, es remedios de las llagas corruptivas –lo es principalmente el zumo-. Es ungüento de inflamaciones de ojos. Se mezcla también su zumo, en lugar de meconio, en los colirios agudos. Su raíz es también detersiva[8] de albarazos.[9]
Se extrae el zumo, una vez majada[10] y remojada en agua durante cinco días. Luego de cuece en agua, hasta que las raíces sobrenaden. Y después de enfriar, se cual el agua por un cedazo de lienzo y se cuece, hasta que se vuelva semejante a la miel en su consistencia, y se guarda en un recipiente de barro.
En los libros anteriores a éste, queridísimo Ario, hemos tratado acerca de los aromas, de los aceites, de los perfumes, de los árboles y de los frutos y de las lágrimas que producen, también de los animales, de los cereales, de las hortalizas y de las hierbas que poseen agudeza. En este libro tercero presente trataremos de las raíces, de los zumos, de las hierbas y de las semillas, tanto de las de naturaleza medicinal como de las afines.
El ruibarbo.
El ruibarbo: unos lo llaman rhêon. Nace en las regiones sobre el Bósforo, de donde se trae. Su raíz es negra, semejante a la centaurea mayor, aunque es más pequeña y más roja, inodora, esponjosa, algo ligera. El mejor ruibarbo es el no comido por los gusanos y pegajoso al gusto con floja estipticidad;[2] mascado, se vuelve amarillento y un tanto azafranado en color.
Bebido es eficaz contra flatulencias de estómago, atonía, cualquier tipo de dolor, espasmos, roturas internas, para los que padecen del hígado, del riñón, contra retortijones de tripas y afecciones de la vejiga y del tórax, contra tensiones de los hipocondrios y padecimientos de la matriz, contra la ciática, expectoración de sangre, asmas, hipos, disenterías, indisposiciones celíacas, fiebres periódicas, mordeduras de fieras venenosas.
Suministrarás de él, para cada padecimiento, igualmente que en el agárico, con el mismo peso y líquidos.[3] Aplicado como ungüento con vinagre, elimina también las livideces y empeines.[4] Y en forma de cataplasma, con agua, resuelve toda inflamación antigua. Su facultad más alta es estíptica con un tanto de calor.
La genciana.
La genciana parece que fue encontrada por primera vez por Gentis, rey de los ilirios, de quien recibe su denominación. Sus hojas están junto a la raíz, semejantes a las de nogal o de llantén, rojizas. Otras, a mitad del tallo y, principalmente, las de la cumbre son un poco hendidas. Su tallo es hueco, liso, del grosor de un dedo, de dos codos de altura, dividido en nudos, a grandes trechos rodeado de hojas. Tiene una semilla ancha en el cáliz, ligera, pajosa, parecida a la de la branca ursina. Su raíz es larga, semejante a la aristoloquia mayor,[5] gruesa, amarga. Nace en las cumbres muy altas y en lugares sombríos y acuosos.
Su raíz tiene virtud calorífica, estíptica. Bebida la cantidad de dos dracmas,[6] con pimienta, ruda y vino, socorre a los mordidos por fieras venenosas. También contra los dolores de costado, prolapsos, luxaciones, roturas internas, si se bebe aproximadamente una dracma de su zumo. Bebida con agua, es útil también para los enfermos de hígado y de estómago. La raíz, aplicada en pesario,[7] expele los fetos. Si se aplica como el licio, es propia para las heridas, es remedios de las llagas corruptivas –lo es principalmente el zumo-. Es ungüento de inflamaciones de ojos. Se mezcla también su zumo, en lugar de meconio, en los colirios agudos. Su raíz es también detersiva[8] de albarazos.[9]
Se extrae el zumo, una vez majada[10] y remojada en agua durante cinco días. Luego de cuece en agua, hasta que las raíces sobrenaden. Y después de enfriar, se cual el agua por un cedazo de lienzo y se cuece, hasta que se vuelva semejante a la miel en su consistencia, y se guarda en un recipiente de barro.
[1] Pedanio Dioscórides Anazarbeo, De Materia Médica, Libro III, Traducción y notas de Manuela García Valdéz, España, Editorial Gredos, 2002, p. 7,9-11, 45-48,
[2] Estreñimiento de vientre.
[3] Tomar el peso de tres óbolos con agua. Un óbolo es igual a medio escrúpulo o doce granos.
[4] Enfermedad de la piel, que se pone áspera, causando comezón, similar de impétigo.
[5] El término aristolochia es un compuesto del adjetivo áristos, “el mejor”, y el sustantivo locheía, “parto”; significa “la mejor en los partos”.
[6] Octava parte de una onza, que contiene tres escrúpulos, o dos adarmes, o setenta y dos granos.
[7] Cualquier compuesto o aparato que se introduce en el útero.
[8] Acción y efecto de limpiar.
[9] Enfermedad, especie de empeines, postillas o manchas blancas, ásperas y escamosas, que salen en el cutis o piel.
[10] Acción de machacar.
FUENTE BIBLOGRAFÍCA: TEXTOX CLÁSICOS DE MEDICINA TOMO I. CORTES, PÉREZ, ROSALES. FACULTAD DE MEDICINA DE LA BUAP. PUEBLA. MÉXICO 2007
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