Cayo Plinio Segundo (Plinio el Viejo)
Tras estudiar en Roma, a los veintitrés años inició su carrera militar en Germania. Llegó a ser comandante de caballería antes de regresar a Roma en el año 57, para entregarse al estudio y el cultivo de las letras. Agudo observador, fue autor de algunos tratados de caballería, una historia de Roma y varias crónicas históricas, hoy perdidas. Se conserva prácticamente completa la Historia natural de Plinio Segundo, Es una inmensa enciclopedia que en sus XXXVII libros trata de geografía, etnografía, del hombre, de los animales, de los vegetales, de botánica y zoología médica, de los minerales, de las artes, y de las piedras preciosas. Se basó tanto en autores griegos y latinos anteriores, como en su experiencia personal. Escrita en un lenguaje claro y con un rico vocabulario, contiene gran cantidad de información sobre las más diversas disciplinas y constituye un importante tratado enciclopédico que recopila todo el saber de la Antigüedad.
Historia natural [1]
III. Nacimientos excepcionales y monstruosos. El nacimiento de trillizos lo atestigua el caso de los Horacios y Curiacios; un número superior se considera portentoso o de mal agüero, excepto en Egipto, donde el beber agua del Nilo produce fecundidad. No ha mucho, el día de los funerales de Augusto, una plebeya llamada Fausta dio a luz en Ostia a dos varones y dos hembras, augurio indudable de la hambruna que sufrió Roma. También conocemos el caso de una mujer en el Peloponeso que por cuatro veces alumbró quintillizos, sobreviviendo la mayoría en cada parto. En Egipto, Trogo nos habla asimismo de casos de siete criaturas nacidas en un solo parto.
También nacen personas que reúnen en sí las características de ambos sexos a las que llamamos hermafroditas, que antiguamente se denominaban androgyni y eran consideradas como portentos; hoy, en cambio, se exhiben como espectáculo público. Pompeyo el Grande colocó entre las decoraciones de su teatro, imágenes de maravillosas personas, cuidadosamente ejecutadas por eminentes artistas; entre ellas figuraban Eutiquia -famosa por haber tenido 30 partos y a cuya muerte, ocurrida en Tralles, fue conducida a la pira fúnebre por veinte hijos- y Alcipa, que había parido un elefante, aunque es cierto que este último caso figura entre los portentos, pues uno de los primeros acontecimientos de la guerra mársica fue que una criada dio a luz a una serpiente, figurando también otros partos monstruosos entre los hechos ominosos que ocurrieron. Claudio César menciona el nacimiento de un hipocentauro en Tesalia, el cuál murió el mismo día; y durante su reinado nosotros vimos realmente uno que le fue traído desde Egipto, conservado en miel. Se cuenta el caso de un niño, en Sagunto, que apenas nació volvió a meterse en la matriz; este hecho sucedió el mismo año en que dicha ciudad fue destruida por Aníbal.
IV. Cambio de sexo. La transformación de hembras en varones no es una mera patraña. Refieren los Anales que durante el consulado de Pulio Licinio Craso y Gayo Casio Longino, una muchacha, en Casino, se transformó en muchacho, y por orden de los augures fue enviada a una isla desierta. Licinio Luciano relata que él personalmente conoció en Argos a un hombre llamado Arescón, quien había sido antes mujer con el nombre de Arescusa y que había tenido marido; nacióle luego barba, así como atributos masculinos, y tomó esposa. También había conocido a un muchacho con una historia semejante en Esmirna. Yo mismo he visto en África a una mujer que se volvió varón el día de su boda con un hombre; después fue conocido como Lucio Consticio, ciudadano de Tisdritum.
Se dice que en un parto de gemelos ni la madre ni uno de los dos niños suele sobrevivir y que si son gemelos de distinto sexo, aún es mas raro que se salve alguno de ellos; que las hembras nacen con mayor rapidez que los varones, del mismo modo que envejecen antes; que el movimiento en la matriz es más frecuente en caso de varones, y que los varones suelen llevarse en el lado derecho y las hembras en el lado izquierdo.
V. Reproducción Humana. Todos los animales tienen una estación fija tanto para la cópula como para el nacimiento de sus hijos, pero la reproducción humana tienen lugar a lo largo de todo el año, y el período de gestación varía, pudiendo en algún caso exceder de seis meses, en otro de siete, e incluso puede pasar de diez; una criatura nacida antes del séptimo mes es generalmente un aborto. Únicamente los concebidos el día antes o el día después de la luna llena, o cuando no hay luna, nacen en el sétimo mes. En Egipto es cosa corriente que nazcan niños aun en el octavo mes; y en Italia también lo es que estas criaturas vivan, contrariamente a las antiguas creencias. Pero estas cosas varían mucho. Vistilia, esposa de Glicio, y sucesivamente de Pomponio y de Orfito, ciudadanos del mas alto rango, dio a estos maridos cuatro hijos, en cada caso tras seis meses de embarazo; mas posteriormente dio a luz a Suilio Rufo a los diez meses de embarazo, y a Córbulo a los seis -ambos llegaron a ser cónsules-, y más tarde dio a luz a Cesonia, que fue esposa del emperador Gayo, tras siete meses de embarazo. Los niños nacidos fuera de término son más débiles de salud durante las primeras seis semanas, y las madres en los meses cuarto y octavo de embarazo; y los abortos en estos casos son fatales. Masurio afirma que Lucio Papirio, como pretor en una demanda por herencia presentada por un presunto heredero, falló a favor del demandado; alegaba el demandante que la madre del heredero afirmaba que este había nacido después de un embarazo de trece meses, basándose la sentencia en que al parecer no había un período fijo de preñez.
VI. Embarazo. En el décimo de la concepción, los dolores de cabeza, mareos y visión borrosa, repugnancia por la comida y vómitos, son síntomas de la formación del embrión. Si la criatura es varón, la madre tiene mejor color y un parto más fácil; hay movimiento en la matriz el cuadragésimo día. En los casos del sexo contrario, todos los síntomas son los opuestos: la carga se hace pesada y hay una ligera hinchazón en las piernas e ingles pero el primer movimiento del feto se registra el nonagésimo día. Pero en ambos casos la mayor debilidad tiene lugar cuando al embrión empieza a salirle pelo; y también durante la luna llena, período especialmente desfavorable para los niños recién nacidos. La manera de andar y todo lo demás es tan importante durante el embarazo, que las madres toman alimentos demasiado salados tienen niños que carecen de uñas, y el no retener el alimento hace el parto mas difícil; ciertamente, el jadear durante el parto puede causar la muerte, del mismo modo que un estornudo inmediatamente después de la cópula provoca el aborto.
VII. Aborto. ¡Da lástima e incluso vergüenza pensar en lo insignificante que es el origen del más orgulloso de los animales, cuando hasta el olor de una lámpara apagada produce con frecuencia el aborto! He ahí los orígenes de los tiranos y del orgullo que siembra la muerte. Tú, que confías en la fortaleza de tu cuerpo, que aceptas los valores de la fortuna y te consideras no ya su favorito, sino su hijo, ¡de qué modo tan despreciable pudiste ser aniquilado!
FUENTE BIBLIOGRÁFICA: TEXTOS CLASICOS DE MEDICINA. TOMO I. CORTES, PÉREZ Y ROSALES. FACULTAD DE MEDICINA, BUAP. PUEBLA, PUE. MÉXICO 2007
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