Sushruta
El cirujano indio Sushruta vivió en el siglo VII a. C. En la obra que nos legó Sushruta Samhita o Colección de Sushruta, se dedicó preferentemente a la cirugía y en esa colección se describen más de cien instrumentos médicos. Se describen también numerosos tratamientos para enfermedades basándose principalmente en la medicina natural. Describió cirugías reconstructivas -inclusive con el concepto de injertos pediculados-, técnicas de rafias o suturas intestinales, técnicas de extracción de cálculos vesicales y tratamiento de estrecheces uretrales pues poseían instrumentos para cirugías uretrales abiertas y cerradas. Escribió acerca del diagnóstico y el tratamiento de las personas picadas o mordidas por insectos o reptiles venenosos, como así también sobre venenos naturales o artificialmente compuestos por el hombre y de los elixires (Rasayanatantra). Utilizaba en su cirugía toda clase de materiales, que incluía algodón, cuero, crin de caballo y tendones, definió el término Agadatantra con características muy cercanas al concepto actual de lo que definimos hoy como toxicología.
Capítulo VIII.
Trataremos ahora del nidanam de mudhagarbham: Las relaciones sexuales durante el embarazo, el montar a caballo, o en cualquier clase de vehículo, un largo pasea, un paso en falso, una caída, presión sobre la matriz, correr, un golpe, sentarse o acostarse en un lugar desnivelado o en postura desigual, el ayuno, la represión voluntaria de cualquier necesidad fisiológica, tomar alimentos demasiado amargos, picantes o que resequen, comer sakas en exceso y sustancias alcalinas, la disentería, el uso de eméticos o purgantes, mecerse en una hamaca, indigestión y el uso de medicinas que provocan el parto o el aborto y otras causas semejantes, tienden a expulsar el feto del claustro materno. Estas causas tienden a separar el feto de las paredes del útero con su ligamento placentario debido a una clase de abhighatam,[1] del mismo modo que un golpe separa a un fruto de su pedúnculo.
Definición: El feto, así separado y expulsado de la matriz, excita la peristalsis no sólo en el útero, sino que provoca una contracción constante y espasmódica de las cavidades intestinales, produciendo dolor en el hígado, bazo, etc. El apana vayu, obstruido por la espasmódica contracción del abdomen, origina cualquiera de los síntomas siguientes: una especie de dolor espasmódico en los costados, o en el cuello de la vejiga, o en la cavidad pélvica, o en el vientre, o en la vagina, o anaha,[2] o retención de orina, y destruye el feto, si está bien desarrollado, con secuela de hemorragia. En caso de que el feto continúe creciendo y presente una postura invertida a la entrada del canal de la vagina y esté enclavado en ese lugar, o si el apana vayu se altera y por consiguiente no puede ayudar a la expulsión del mismo, este feto obstruido se llama mud-ha garbha.
Clasificación y síntomas: Los casos de mud-ha garbha pueden dividirse, en términos generales, en cuatro tipos diferentes: kilah, prathikhurah, vijakah y parighah. La clase de presentación incorrecta en que el niño viene con las manos, pies y cabeza vueltos hacia arriba y obstruyendo con la espalda la entrada de la vagina, como una estaca o kila, se llama kilah. Aquella presentación en que las manos, pies y cabeza del niño salen fuera, con su cuerpo en la entrada de la vagina, se llama prathikhurah. El tipo en que sólo sale una mano y la cabeza del niño (con el resto de su cuerpo obstruyendo el mismo lugar) se llama vijakah. La presentación transversal, en que el niño obstruye la entrada del canal vaginal en posición horizontal, como un cerrojo, recibe el nombre de parighah. Aunque algunos maestros afirman que éstas son las cuatro únicas formas de mud-ha garbha, nosotros no admitimos tal opinión, dado que la alteración del vayu puede presentar al feto en varias posturas diferentes a la entrada del canal vaginal. Algunas veces, el niño presenta los dos muslos, y otras una sola pierna en flexión. A veces el niño viene al mundo con el cuerpo doblado y los muslos encogidos, presentando sólo los glúteos oblicuamente. A veces se presenta encajado en la entrada del canal con el pecho, los costados o la espalda. Otras veces viene con el brazo rodeando su cabeza, puesto de lado y con la mano delante. En ocasiones sólo se presentan las dos manos, quedando la cabeza inclinada a un lado; a veces las dos manos, piernas y cabeza del niño, quedando el resto del cuerpo encajado en el canal. He descrito brevemente estas ocho clases de presentación, de las cuales las dos últimas son irremediables. Las demás también deben ser consideradas como tales si van acompañadas de las siguientes complicaciones: anormal sentido de percepción en la madre, convulsiones, dislocación o contracción del órgano de la reproducción (yoni), un dolor especial como el subsiguiente al parto, tos, respiración dificultosa o vértigo.
Versos alusivos: Como un fruto en plena madurez se separa naturalmente de su pedúnculo y cae a tierra irremisiblemente, sí el cordón que une al feto a su madre se desprende con el tiempo y el niño sale del útero al mundo de la acción. Por otra parte, como un fruto comido por los gusanos o sacudido por el viento o por un golpe cae antes de tiempo al suelo, así es expelido el feto de la matriz antes de su término. Durante cuatro meses después de la fecundación, el feto permanece en estado líquido, por lo que su destrucción o salida de la matriz toma el nombre de aborto. Durante el quinto y sexto mes los miembros del feto cobran firmeza y densidad, de ahí que su salida en ese tiempo se denomina malparto.
Pronóstico: La parturienta que mueve violentamente la cabeza en un arrebato de dolor (en el momento del parto), que la hace olvidar todo recato natural, y cuyo cuerpo se enfría, y los costados y vientre están cubiertos por una red de anchas venas azuladas, invariablemente muere con el niño muerto encerrado en la matriz. La muerte del feto en la matriz puede comprobarse por la falta de movimiento de aquél o de todo dolor de parto, o por el color oscuro o amarillento de la tez de la parturienta, el olor cadavérico de su aliento, el dolor de cólico en el vientre y la distensión de éste debido a la prolongada hinchazón y a la descomposición del feto en la matriz.
La muerte de un feto en la matriz puede ser el resultado del algún trastorno emocional de la madre (como la muerte de un familiar o la pérdida de dinero durante el embarazo), del mismo modo que un golpe externo o lesión en la matriz o cualquier enfermedad grave de la madre puede tener iguales consecuencias. Un feto que se mueve en la matriz de una mujer que acaba de expirar (de convulsiones, etc.) durante el parto a término, debe ser extraído inmediatamente de la matriz, como una cabra, mediante sección de las paredes abdominal y uterina, ya que cualquier demora en la extracción del niño puede acarrear su muerte.
Trataremos ahora del nidanam de mudhagarbham: Las relaciones sexuales durante el embarazo, el montar a caballo, o en cualquier clase de vehículo, un largo pasea, un paso en falso, una caída, presión sobre la matriz, correr, un golpe, sentarse o acostarse en un lugar desnivelado o en postura desigual, el ayuno, la represión voluntaria de cualquier necesidad fisiológica, tomar alimentos demasiado amargos, picantes o que resequen, comer sakas en exceso y sustancias alcalinas, la disentería, el uso de eméticos o purgantes, mecerse en una hamaca, indigestión y el uso de medicinas que provocan el parto o el aborto y otras causas semejantes, tienden a expulsar el feto del claustro materno. Estas causas tienden a separar el feto de las paredes del útero con su ligamento placentario debido a una clase de abhighatam,[1] del mismo modo que un golpe separa a un fruto de su pedúnculo.
Definición: El feto, así separado y expulsado de la matriz, excita la peristalsis no sólo en el útero, sino que provoca una contracción constante y espasmódica de las cavidades intestinales, produciendo dolor en el hígado, bazo, etc. El apana vayu, obstruido por la espasmódica contracción del abdomen, origina cualquiera de los síntomas siguientes: una especie de dolor espasmódico en los costados, o en el cuello de la vejiga, o en la cavidad pélvica, o en el vientre, o en la vagina, o anaha,[2] o retención de orina, y destruye el feto, si está bien desarrollado, con secuela de hemorragia. En caso de que el feto continúe creciendo y presente una postura invertida a la entrada del canal de la vagina y esté enclavado en ese lugar, o si el apana vayu se altera y por consiguiente no puede ayudar a la expulsión del mismo, este feto obstruido se llama mud-ha garbha.
Clasificación y síntomas: Los casos de mud-ha garbha pueden dividirse, en términos generales, en cuatro tipos diferentes: kilah, prathikhurah, vijakah y parighah. La clase de presentación incorrecta en que el niño viene con las manos, pies y cabeza vueltos hacia arriba y obstruyendo con la espalda la entrada de la vagina, como una estaca o kila, se llama kilah. Aquella presentación en que las manos, pies y cabeza del niño salen fuera, con su cuerpo en la entrada de la vagina, se llama prathikhurah. El tipo en que sólo sale una mano y la cabeza del niño (con el resto de su cuerpo obstruyendo el mismo lugar) se llama vijakah. La presentación transversal, en que el niño obstruye la entrada del canal vaginal en posición horizontal, como un cerrojo, recibe el nombre de parighah. Aunque algunos maestros afirman que éstas son las cuatro únicas formas de mud-ha garbha, nosotros no admitimos tal opinión, dado que la alteración del vayu puede presentar al feto en varias posturas diferentes a la entrada del canal vaginal. Algunas veces, el niño presenta los dos muslos, y otras una sola pierna en flexión. A veces el niño viene al mundo con el cuerpo doblado y los muslos encogidos, presentando sólo los glúteos oblicuamente. A veces se presenta encajado en la entrada del canal con el pecho, los costados o la espalda. Otras veces viene con el brazo rodeando su cabeza, puesto de lado y con la mano delante. En ocasiones sólo se presentan las dos manos, quedando la cabeza inclinada a un lado; a veces las dos manos, piernas y cabeza del niño, quedando el resto del cuerpo encajado en el canal. He descrito brevemente estas ocho clases de presentación, de las cuales las dos últimas son irremediables. Las demás también deben ser consideradas como tales si van acompañadas de las siguientes complicaciones: anormal sentido de percepción en la madre, convulsiones, dislocación o contracción del órgano de la reproducción (yoni), un dolor especial como el subsiguiente al parto, tos, respiración dificultosa o vértigo.
Versos alusivos: Como un fruto en plena madurez se separa naturalmente de su pedúnculo y cae a tierra irremisiblemente, sí el cordón que une al feto a su madre se desprende con el tiempo y el niño sale del útero al mundo de la acción. Por otra parte, como un fruto comido por los gusanos o sacudido por el viento o por un golpe cae antes de tiempo al suelo, así es expelido el feto de la matriz antes de su término. Durante cuatro meses después de la fecundación, el feto permanece en estado líquido, por lo que su destrucción o salida de la matriz toma el nombre de aborto. Durante el quinto y sexto mes los miembros del feto cobran firmeza y densidad, de ahí que su salida en ese tiempo se denomina malparto.
Pronóstico: La parturienta que mueve violentamente la cabeza en un arrebato de dolor (en el momento del parto), que la hace olvidar todo recato natural, y cuyo cuerpo se enfría, y los costados y vientre están cubiertos por una red de anchas venas azuladas, invariablemente muere con el niño muerto encerrado en la matriz. La muerte del feto en la matriz puede comprobarse por la falta de movimiento de aquél o de todo dolor de parto, o por el color oscuro o amarillento de la tez de la parturienta, el olor cadavérico de su aliento, el dolor de cólico en el vientre y la distensión de éste debido a la prolongada hinchazón y a la descomposición del feto en la matriz.
La muerte de un feto en la matriz puede ser el resultado del algún trastorno emocional de la madre (como la muerte de un familiar o la pérdida de dinero durante el embarazo), del mismo modo que un golpe externo o lesión en la matriz o cualquier enfermedad grave de la madre puede tener iguales consecuencias. Un feto que se mueve en la matriz de una mujer que acaba de expirar (de convulsiones, etc.) durante el parto a término, debe ser extraído inmediatamente de la matriz, como una cabra, mediante sección de las paredes abdominal y uterina, ya que cualquier demora en la extracción del niño puede acarrear su muerte.
Fuente bibliográfica; Textos Clasicos de Medicina. Tomo I. Cortés, Pérez, Rosales. Facultad de Medicina BUAP. Puebla, México 2007
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